¿Demasiado estrés? Señales de que necesitas vacaciones

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Llegan los meses de verano y la época de vacaciones para la gran mayoría. Descansar unos días no se hace sólo por gusto o diversión: el cuerpo va acumulando estrés durante muchos meses y, si no hacemos una pausa, puede resentirse y afectar a nuestra salud. Además, el estrés emocional y laboral, unido a factores de riesgo cardiovascular como el colesterol o la hipertensión, pueden favorecer las posibilidades de sufrir una accidente coronario, así que es muy importante hacer un descanso para recargar energía.

¿Qué es el estrés?

El término estrés, en la física, nos habla de la presión que ejerce un cuerpo sobre otro. A nivel biológico se entiende como una reacción de huida o lucha.

Llamanos estrés a una reacción vital de adaptación del organismo ante situaciones que percibe como amenazantes o agobiantes y que demandan un incremento de la energía para hacerles frente. Podemos decir que es una reacción “animal” de supervivencia. Como somos seres dotados de imaginación, esas situaciones de peligro pueden ser reales o anticipadas por nuestro pensamiento, de modo que una simple preocupación por un plazo de entrega laboral o cualquier preocupación personal activa este mecanismo de alerta.

El estrés puede ser positivo y estimulante en casos puntuales en los que dura poco tiempo. Suele manifestarse con una aceleración del pulso cardiaco, una mayor velocidad en la respiración, dilatación de las pupilas, dificultad para conciliar el sueño, hambre constante, músculos en tensión o problemas estomacales. Sin embargo, las investigaciones determinan que situaciones de estrés continuado pueden perjudicar a nuestro organismo y, por tanto, a nuestra salud.

¿Qué señales nos indican que estamos sufriendo demasiado estrés y necesitamos hacer una pausa?

La acumulación de estrés produce alteraciones en nuestro organismo. Si notamos varias de estas señales, quizás es hora de hacer una pausa y tomarnos unos días de vacaciones:

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- Resfriados más frecuentes e intensos y aparición de herpes u otros problemas dermatológicos. Situaciones sostenidas de estrés aumentan los niveles de cortisol. Esta hormona esteroide disminuye la actividad y el número de los glóbulos blancos (leucocitos), lo que afecta al sistema inmunológico. Nuestro cuerpo está menos preparado para hacer frente a virus y bacterias.

- Problemas de memoria y falta de atención. El estrés crónico parece que disminuye el tamaño del hipocampo, un área del cerebro relacionada con la memoria. Además, la sobrecarga que produce el estrés también hace que disminuya la capacidad de atención.

- Ingesta excesiva y frecuente de calorías. Un estrés continuado modifica el funcionamiento de las hormonas de la saciedad (leptinas) y activa las del hambre (grelinas). El cuerpo demanda energía rápida, que solemos solventar con comidas más calóricas y carbohidratos simples. Esto produce un aumento de la glucosa, resistencia a la insulina y nos predispone a la obesidad.

- Mayor dependencia a las sustancias adictivas. Además de necesitar una mayor ingesta de comidas hipercalóricas, el cortisol resultante del estrés nos hace más dependientes de sustancias adictivas como el tabaco y el alcohol, nada favorables para la salud.

- Depresión y ansiedad. El exceso y la acumulación de las preocupaciones diarias hace que prestemos más atención a lo negativo y magnifiquemos los problemas. Ésto puede dar lugar a un aumento de la ansiedad y afectar al ánimo, que cada vez estará más resentido.

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- Insomnio e irritabilidad. La dificultad para conciliar el sueño y descansar correctamente está muy relacionada con la ansiedad. Las preocupaciones no nos dejarán dormir y la falta de sueño puede afectar gravemente a nuestra salud. Además, las presiones y la falta de descanso harán que estemos más irritables con los demás, lo que también repercutirá en nuestras relaciones personales.

- Falta de deseo sexual. El estrés afecta a la producción de estrógenos, progesterona y testosterona, las hormonas sexuales y del deseo, que también se originan en el hipotálamo. Junto con las preocupaciones y el cansancio que provoca el estrés, nuestro deseo sexual se puede ver mermado.

En definitiva, el cuerpo no es una máquina y necesita descansar. El estrés laboral y personal acumulado durante muchos meses necesita liberarse. Escucha a tu cuerpo para saber cuando te está pidiendo un descanso o unos días de vacaciones y hazle caso. Tu salud lo necesita.

Publicado el28-06-2017
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