Tan sólo con mencionar la palabra “chocolate” a muchos se nos hace la boca agua. Los hay de muchos tipos y para todos los gustos: con leche, negro, blanco, con galleta, con caramelo, con frutos secos… En España se consumen 7 kg de cacao y derivados por persona y año, la mayoría en forma de tableta, caco en polvo, bombones, snacks y cremas para untar.
¿Pero es bueno o malo para la salud? Porque el chocolate siempre ha sido un placer culpable al que nos tenemos que resistir si queremos tener una alimentación sana, pero en los últimos años también se le ha otorgado propiedades saludables. Pues depende básicamente de la composición del chocolate. De la proporción de cacao y de los azúcares añadidos.
Para empezar, debemos distinguir entre chocolate y cacao, que no son lo mismo ni tampoco tienen los mismos beneficios. El cacao es la semilla del árbol del cacao y es el componente básico del chocolate (en el chocolate blanco es la grasa del cacao). El cacao puro, sin azúcares añadidos ni aditivos, es el que tiene las propiedades nutricionales cardiosaludables, siempre que no consuma en exceso, ya que es un alimento muy calórico y hay que controlar la ingesta para no disparar el consumo de calorías.
Diferentes estudios han probado que el cacao es rico en flavonoles, un tipo de flavonoide con un efecto cardioprotector, porque cuenta con:
También tiene una gran cantidad de fibra soluble, que ayuda a mantener niveles óptimos de colesterol, aporta sensación de saciedad y favorece la salud digestiva.
Contiene serotonina, un antidepresivo natural que mejora el estado de ánimo, y estimula la producción de endorfinas, las hormonas responsables del placer y el bienestar. Y los flavonoides del cacao también mejoran la función cognitiva.
El cacao tiene propiedades beneficiosas, sí, pero no todo el chocolates es igual. Y ahí es donde está la clave. Porque los beneficios del cacao se pierden cuando se consumen determinadas variedades de chocolate que incluyen una gran cantidad de azúcar y otros aditivos. La misma OMS alerta: una proporción elevada de azúcar añadido en el chocolate lo convierte en ultraprocesado, que entrañan peligros para la salud, como un aumento del riesgo de sufrir de diabetes u obesidad y agravar enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, la presencia de estas cantidades tan altas de azúcar añadido hace que la proporción de cacao sea menor, cosa que también contribuye a que se pierdan todos los beneficios.
Por tanto, lo que debemos tener en cuenta es el porcentaje de cacao y la cantidad de azúcares añadidos del chocolate, que podemos comprobar mirando el etiquetado del producto.
Generalmente el chocolate con leche, que es el más común, suele tener un 40% de cacao y aproximadamente un 50% de azúcares añadidos. El chocolate blanco sin duda es el menos saludable, ya que suele contar con casi un 60% de azúcar y tan sólo un 20% de cacao. El cacao puro y el chocolate negro (con al menos un 85% de cacao) son las opciones más saludables ya que, aunque pueden tener azúcares añadidos, la proporción de cacao es mayor y, por tanto, se mantienen el contenido en fibra y los antioxidantes y los beneficios para la salud.
Aunque un reciente estudio de la Universitat Pompeu Fabra ha concluido que los efectos beneficiosos del consumo de chocolate en la salud cardiovascular "no son concluyentes" y se continúan haciendo otros más concretos, los beneficios del cacao, siempre que se consuma en las proporciones adecuadas, están comprobados. Por tanto, se puede consumir perfectamente en el contexto de una dieta equilibrada, rica en frutas y verduras. Tan sólo debemos mirar el etiquetado para poder hacer una elección responsable con nuestra salud.
Publicado el19-02-2019