La luz del sol, buena para el corazón

luz_sol

Los especialistas médicos recomiendan la exposición solar durante 30 minutos al día para obtener los niveles óptimos de vitamina D que el cuerpo necesita y que es un factor necesario para la prevención del riesgo cardiovascular. Y es que tomar el sol, con protección, durante 15 minutos dos veces al día, favorece la liberación de óxido nítrico, un compuesto que produce la dilatación de los vasos sanguíneos, aumentando el oxígeno y el flujo de la sangre, por lo que mejora la presión arterial.

La importancia de la vitamina D

La exposición solar controlada ayuda a sintetizar la vitamina D, también llamada “la vitamina de la luz del sol”. Esta vitamina es necesaria para el organismo porque promueve la absorción del calcio que, junto al fósforo, desarrollan y refuerzan nuestro sistema óseo. La vitamina D, además, cumple una función importante en la síntesis de la insulina y en el buen funcionamiento del músculo cardíaco, regula el sistema inmunitario y tiene poder antimicrobiano.

Otro dato importante es que las personas con déficit de vitamina D en la sangre (niveles menores a 30 ng/ml) son más propensas a padecer enfermedades cardiovasculares, como el infarto o la angina de pecho. En concreto, el estudio estadounidense Health Professionals Follow-up Study ha revelado que el riesgo de infarto se multiplica por dos en aquellas personas que tienen valores de vitamina D por debajo de los 15 ng/ml. Un estudio del Instituto Karolinska de Estocolmo llegó a la conclusión de que evitar el sol es tan perjudicial para la salud como fumar.

Beneficios del sol para el corazón

Como ya hemos comentado, al tomar el sol de forma controlada se mejora la circulación de la sangre, se previene la hipertensión arterial y la diabetes. Pero el sol también aporta otros beneficios a nuestra salud cardiovascular. La Sociedad Española de Cardiología (SEC), explica cómo, “frente a la exposición solar, se produce una reacción química que transforma el colesterol o ergosterol (propio de los vegetales) en vitamina D activa efectiva”, por lo que se reducen los niveles de HDL o “colesterol malo.”

luz_sol2.jpg

El sol también produce una mejora del estado de ánimo al estimular la producción de serotonina, un neurotransmisor que produce sensación de bienestar y disminuye el riesgo de depresión, favoreciendo la salud de nuestro corazón.

Otra de las funciones de la serotonina es la regulación de los ciclos de sueño. Como el mal sueño conduce a un sistema inmunológico debilitado, la exposición solar contribuye a reforzar nuestras defensas. Además, también aumenta nuestro deseo sexual.

Por otro lado, en las épocas de buenas temperaturas y de sol hacemos más actividades al aire libre, reduciendo el sedentarismo. También la alimentación en verano, por el calor, favorece el aumento del consumo de líquidos, frutas y verduras frescas. Y todo esto disminuye la obesidad, un factor de riesgo cardiovascular importante.

A pesar de todos sus beneficios, también hay que tener cuidado. Con los cambios bruscos de temperatura y el exceso de calor se puede provocar una bajada brusca de la tensión y el temido “golpe de calor”. Y, sobre todo, no podemos olvidar las recomendaciones dermatológicas:  la exposición excesiva a los rayos UV puede provocar cáncer de piel, por lo que siempre debe hacerse de manera controlada y utilizando protección solar.

Publicado el14-08-2017
Facebook Twitter Google+ LinkedIn
FarmaCardio