Las vacaciones de verano son para relajarse y desconectar, un punto imprescindible para nuestra salud física y emocional, y también para nuestro corazón. Pero un exceso de relajación puede hacer que descuidemos temas importantes como nuestra dieta, lo que al final puede descompensar los beneficios que nos aporta tan merecido descanso.
Es importante tener en cuenta que en vacaciones, sobre todo si vamos de relax a la playa o al pueblo, nuestro cuerpo no necesita tanta energía. El comer fuera a menudo, muchas veces comidas copiosas, las comidas en los chiringuitos con exceso de fritos, las largas sobremesas con postres calóricos, los helados, el trasnochar y beber más alcohol, suelen ser un aporte extra de calorías que, a corto y medio plazo, pueden favorecer la obesidad y ser perjudiciales para la salud cardiovascular.
Disfrutar al máximo de las vacaciones y comer fuera a menudo no tiene que ser perjudicial si no nos descuidamos y tenemos en cuenta algunos puntos fundamentales para llevar un control de lo que ingerimos y no acumular un exceso de grasas.
¿Qué consejos debemos tener en cuenta para cuidar nuestra alimentación en verano?
No llevarnos una sorpresa desagradable después del verano no es complicado. Sólo es necesario minimizar los excesos (alguno tampoco es grave), mantener la dieta equilibrada e intentar mantener unos horarios adecuados:
Teniendo en cuenta estos sencillos puntos podrás disfrutar de unas vacaciones más saludables, cuidando adecuadamente tu salud cardiovascular. Las vas a disfrutar igual o más, porque las buenas digestiones nos hacen sentirnos bien, y no te llevarás sustos cuando te subas a la báscula de vuelta. ¡A disfrutar!
Publicado el17-08-2016