Consejos para dejar de fumar

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En España, 50.000 personas mueren cada año a causa del tabaco, siendo la primera causa evitable de invalidez y muerte prematura. Estamos tan acostumbrados a conocer este tipo de datos que quizás ya no nos impresionan y no somos conscientes de lo que realmente implican. Pero podemos decirlo de otra manera: es como si cada día se estrellara un avión con más de cien pasajeros sin que sobreviva ninguno. ¿Realmente no te plantearías dejar de utilizar el transporte aéreo?

El tabaco crea adicción. Y mucha. Nadie pone en duda que es un hecho que hace muy difícil el plantearse dejar de fumar y, más aún, el conseguir no recaer. Pero realmente merece la pena. ¿Cómo se debe afrontar este reto de la forma adecuada? Te damos algunos consejos.

¿Qué hace falta para dejar de fumar?

En el difícil reto de abandonar la adicción al tabaco hacen falta sobre todo 3 cosas:

1. Tener una Actitud positiva.  Hay que ser conscientes de que dejar de fumar no es fácil y va a requerir esfuerzo y constancia. Pero se puede conseguir y nuestra calidad de vida va a mejorar de forma espectacular. Debemos estar dispuestos a realizar cambios de hábitos en nuestra vida diaria, así como a buscar motivaciones y, casi seguro, a buscar ayuda, tanto personal como profesional. Puedes empezar por saber si estás realmente motivado haciendo el test de Richmond.

2. Debemos estar realmente convencidos y adoptar una actitud firme en el proceso, empezando por fijar con antelación (un mes más o menos) la fecha en la que dejaremos de fumar. Los primeros pasos de este camino consisten en hacer un poco de reflexión:

  • Ser conscientes de qué nos está proporcionando ahora mismo el tabaco: aparte de la adicción, si fumamos por estrés, por placer, por inercia...
  • Tener muy claro lo que vamos a ganar, personalmente, si lo dejamos: sólo si hablamos de salud, los beneficios de dejar el tabaco son inmediatos. La calidad de vida del ex fumador aumenta, los pulmones empiezan a funcionar mejor después de 72 horas y en el plazo de 1 a 3 meses aumenta la capacidad física y respiratoria. Tan sólo tras 48 horas del último cigarrillo se restauran las terminaciones nerviosas del gusto y del olfato. Y problemas derivados del tabaco, como la estomatitis, desaparece a las pocas semanas. El mal aliento mejora y los dientes recuperan su color natural. La piel recupera su luminosidad, el cabello se vuelve más bonito y la tos crónica desaparece. El bienestar general es mejor, así que es un buen punto de partida.
  • Nos puede ayudar mucho conocer en qué consiste nuestra dependencia del tabaco, informándonos sobre todas las sustancias tóxicas que añadimos a nuestro organismo a través del cigarrillo y cuáles son las que crean adicción.

3. Debemos emplear una táctica inteligente que nos encamine a nuestro objetivo: Como ya hemos comentado, dejar de fumar cuesta, por lo que debemos utilizar todos los recursos y tácticas existentes.

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¿Qué método es el más efectivo para dejar de fumar?

A no ser que tengamos una fuerza de voluntad férrea o, por desgracia, hayamos tenido un buen susto de salud que nos haga reaccionar y dejar el tabaco de forma radical, está comprobado que lo más efectivo es ponerse en manos de un profesional médico que nos ofrezca las pautas y realice el seguimiento. El porcentaje de éxito es de un 60% frente al 10% de los que han intentado dejar de fumar por cuenta propia.

Hay muchos métodos para lograr dejar de fumar, que valorará el médico según nuestras circunstancias y características personales: nuestra edad, sexo, cantidad de cigarrillos que fumamos al día, los años de adicción… En general, para lograr el éxito se necesita una gran fuerza de voluntad que se puede combinar con otros recursos: parches y chicles de nicotina, acupuntura, apoyo psicológico, farmacológico como el bupropión (antidepresivo) o la vareniclina (un nuevo medicamento no nicotínico que estimula la liberación de dopamina en el cerebro para reducir el deseo de consumir, al tiempo que bloquea los efectos reforzantes de la nicotina).

¿Qué hacer frente al síndrome de abstinencia?

Se llama síndrome de abstinencia a la serie de síntomas con los que el organismo responde ante la falta de administración de una sustancia adictiva, como es el caso de la nicotina. Debemos tener en cuenta que la mayoría de los síntomas se inician entre las 2 y las 12 horas posteriores al último cigarrillo, tienen el punto máximo entre las 36 y las 72 horas posteriores y van disminuyendo de forma gradual. Así que debemos tener un poco de paciencia y no claudicar.

Podemos utilizar recursos alternativos frente a estos síntomas.

  • Deseo de fumar: buscar cosas que nos mantengan ocupados para no pensar en ello, cerrar los ojos y utilizar técnicas de respiración, beber agua a pequeños sorbos, masticar chicle sin azúcar, comer alimentos bajos en calorías, intentar relajarnos con alguna actividad o lavarnos los dientes inmediatamente después de comer para superar ese momento clave.
  • Para la irritabilidad: hacer una pausa y reflexionar, siendo conscientes de que es un síntoma temporal, pasear, una ducha o baño relajante, técnicas de relajación…
  • Dificultades de concentración: Intentar dormir más y realizar deporte o alguna actividad física que nos haga desconectar.
  • Dolor de cabeza: Intentar dormir más, hacer ejercicios de relajación y evitar sustancias excitantes como el café y el alcohol.
  • Sensación de hambre: No atiborrarse de alimentos hipercalóricos, practicar deporte, aumentar el consumo de vegetales y frutas, hacer varias comidas moderadas al día (si se picotea, que sean alimentos como manzana, pera, apio o zanahoria), beber mucha agua, cocinar a la brasa, al horno, hervido o a la plancha.
  • Insomnio: Hacer deporte, evitar las bebidas excitantes (café, té, refresco de cola) durante la tarde, tomar algo caliente antes de ir a dormir (leche, infusión de tila o algo similar).
  • Apatía y desánimo: Intentar mantenerse activo (andar), buscar la compañía y el apoyo de otras personas, hacer cosas que te gusten, realizar deporte, salir con los amigos…

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Realmente dejar de fumar merece la pena. Aunque los fumadores son inmunes a todo tipo de datos y razones, debemos seguir exponiendo sus peligros y las ventajas de dejarlo. Es una inversión en salud, ya que el tabaco está asociado a múltiples enfermedades como cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC), cáncer de laringe, infarto de miocardio (el riesgo de sufrir un infarto se triplica en el caso de los fumadores). Es una inversión en calidad de vida y bienestar. Y aunque la salud no tiene precio, literalmente también es una ahorro económico. Cuesta, pero la recompensa es impagable.

Publicado el28-12-2016
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