
Si algo tiene el frío es que hace que apetezca más estar en casa, calentitos y bajo la manta, que salir a la calle, sobre todo cuando anochece tan pronto. Las comidas copiosas que nos hacen entrar en calor en esta época tampoco ayudan a activarnos, por lo que muchos decidimos dejar de lado la práctica de deporte al aire libre en los meses de frío. Y nuestra salud cardiovascular puede resentirse.
Pero ¿qué te parece si te contamos que el mejor momento para hacer deporte es el invierno? Te explicamos todos los beneficios que hacen más que recomendable practicar ejercicio con bajas temperaturas.
1. Se queman más calorías. Con el frío, la temperatura corporal baja y nuestro organismo debe hacer un mayor esfuerzo para recuperar el calor. ¿Cómo? Aumentando su actividad metabólica con el fin de que las células consuman más energía para transformarla en calor.
Cuando realizamos ejercicio con bajas temperaturas, a este esfuerzo del organismo debemos añadir, además, el que debe hacer para activar nuestros músculos, que con las bajas temperaturas tienden a contraerse y estar más rígidos. Y también para recuperar el equilibrio que supone los cambios de temperatura, el consumo de oxígeno y la pérdida de líquidos del ejercicio físico.
Por lo tanto, se consumen más calorías, lo que de paso sirve para compensar los excesos calóricos que hacemos en esta época.
2. Mejora nuestra forma física. Como ya hemos comentado, el cuerpo debe mejorar su rendimiento en todos los aspectos para adaptarse a las bajas temperaturas: mejora la capacidad cardiovascular (lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y derrames cerebrales), la capacidad cardiopulmonar y desarrolla los músculos.
3. Mejora el sistema inmune. Según un estudio publicado en el Journal of Applied Physiology, los leucocitos y granulocitos, responsables del buen funcionamiento del sistema inmunológico, aumentan su producción cuando realizamos ejercicio con bajas temperaturas.
En este punto debemos aclarar que los beneficios se consiguen cuando no hablamos de temperaturas extremas, ojo. Si al cuerpo no le da tiempo a calentarse realizando una actividad que exija mucho esfuerzo durante demasiado tiempo, el efecto sobre las defensas será exactamente el contrario.
4. Estamos más hidratados. En verano se suda mucho más al hacer ejercicio, por lo que practicar deporte en invierno nos ayuda a mantenernos mejor hidratados en esta época en la que es normal que sintamos menos la necesidad de beber. Sin embargo, siempre es recomendable mantener una buena hidratación en la práctica deportiva. No nos descuidemos.
5. Mejora el ánimo. Practicar ejercicio libera endorfinas, nos hace desconectar y plantearnos metas. Mejora así nuestra sensación de bienestar, aleja el estrés y la depresión.
6. Se crea una rutina positiva y nos prepara para una buena condición física en los meses de calor. Realizar deporte en invierno va a hacer que nuestro cuerpo y nuestra mente se acostumbren al ejercicio físico durante todo el año. Y cuando empiecen a subir de nuevo las temperaturas, ya tendremos una buena condición física y no necesitaremos ponernos a realizar ejercicio con urgencia para vernos mejor con menos prendas de vestir.
7. Es divertido. Además del ejercicio habitual, hay muchos deportes de invierno estimulantes: ski, snowboard, patinaje sobre hielo… Debemos escoger el adecuado a nuestra forma y condición física. Y si lo hacemos en compañía, nos dará mucha menos pereza y será más divertido.
Es necesario tomar una serie de precauciones extra antes de lanzarnos a la calle a realizar ejercicio con temperaturas gélidas:
Y ahora que ya conoces todas las ventajas que tiene hacer deporte en invierno, deja la pereza a un lado y aprovecha los beneficios del frío para activarte. No hace falta que se hagan grandes excesos: puede ser simplemente una caminata diaria de 30 minutos a buen paso en las horas de sol. Tu corazón lo agradecerá.
Publicado el 14-12-2016