¿Quiere motivos para dejar de fumar?

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¿Por qué fumamos? ¿Merece la pena? La respuesta es evidente: no. ¿Qué obtenemos y a que precio? ¿Felicidad...? Todos somos muy conscientes de que hay razones muy obvias para no fumar pero, aún así, dejarlo no resulta fácil. Para “apartarse del vicio” hay que estar muy convencido. Si usted se está planteando abandonar uno de los hábitos más nocivos y más absurdos que existen, ¡felicidades! Es muy recomendable, para tener éxito en su determinación, ponerse en manos de un médico y pensar un plan de acción para su caso particular. Ha de tener muy presente que la adicción a la nicotina es una enfermedad crónica y, como tal, debe tratarse con el especialista.

Se ha visto en muchas ocasiones que dejar el tabaco por uno mismo es menos efectivo que ponerse en manos de un médico. Solamente un 10% de quienes lo intentan sin ayuda logran su propósito, mientras que el porcentaje de éxito se eleva hasta el 60% cuando se hace con seguimiento médico. Los métodos para dejar de fumar son muy variados: fuerza de voluntad pura, parches de nicotina, chicles, acupuntura, apoyo psicológico, farmacológicos, como el bupropion, un antidepresivo, o la vareniclina, un nuevo medicamento no nicotínico que estimula la liberación de dopamina en el cerebro para reducir el deseo de consumir, al tiempo que bloquea los efectos reforzantes de la nicotina. En cualquier caso, es el consejo del médico en función de las características específicas de cada fumador (cantidad de cigarros que se consumen al día, edad, sexo, años de adicción, etc.) lo que determinará el método más adecuado en cada caso.

Sin embargo, los beneficios para la salud después de dejar el tabaco son inmediatos. La calidad de vida del ex fumador aumenta rápidamente. Los pulmones comienzan a funcionar mejor después de 72 horas y cuando han pasado de 1 a 3 meses, aumenta la capacidad física y respiratoria. Además, se recuperan sentidos que se habían olvidado. Tan sólo después de 48 horas del último cigarrillo se restauran las terminaciones nerviosas del gusto y del olfato. La estomatitis desaparece a las pocas semanas, el mal aliento mejora y los dientes recuperan su color natural. La piel recupera su luminosidad, el cabello se vuelve más bonito, la tos crónica desaparece. El bienestar general es mejor.

Consulte a su médico de cabecera o concierte una visita con su neumólogo, que le ayudará a abandonar el hábito con un programa de deshabituación tabáquica personalizado.

Publicado el23-07-2015
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