Ejercicio físico para los adultos mayores

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A medida que la edad avanza tendemos a hacernos menos activos físicamente. El cuerpo no nos responde de igual manera, nos cansamos más y nos apetece menos hacer ejercicio. Sin embargo, la práctica del ejercicio físico en adultos mayores tiene muchos beneficios para la salud: Retrasa el envejecimiento, nos hace tener una mejor salud, mejora la movilidad que vamos perdiendo con los años y nos hace sentirnos mejor de forma general.  

¿Qué beneficios aporta la práctica regular de ejercicio en adultos mayores?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los adultos mayores que realizan una actividad física regular presentan un mejor estado general de salud que aquellos que muestran una actividad más sedentaria: 

  • Presentan una menor tasa de mortalidad por todas las causas: cardiopatía coronaria, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2, cáncer de colon y de mama.
  • Padecen menos casos de depresión, tienen un mejor funcionamiento de sus sistemas cardiorrespiratorio y muscular, y una mejor masa y composición corporal.
  • Tienen un perfil de biomarcadores más favorable para la prevención de las enfermedades cardiovasculares, la diabetes de tipo 2 y la mejora de la salud ósea
  • Presentan una mayor salud funcional, menor riesgo de caídas, unas funciones cognitivas mejor conservadas, y un menor riesgo de limitaciones funcionales moderadas y graves.

Algunos consejos para practicar ejercicio físico:

- Antes de empezar a hacer ejercicio es necesario consultar a nuestro médico. Debemos conocer el estado de nuestra salud y qué ejercicios son los más indicados para nuestra edad y estado físico. Este primer paso, además, es fundamental en el caso de que contemos con algún antecedente familiar de enfermedad cardíaca. 

- Debemos empezar con una actividad moderada, durante poco tiempo, e ir aumentando el ritmo poco a poco. Como la elasticidad muscular y la adaptación a la actividad física disminuye con los años, es necesario calentar previamente antes de empezar. Unos estiramientos leves o unos movimientos circulares de brazos van a poner en marcha también de manera adecuada nuestro sistema circulatorio. 

Tampoco debemos parar de golpe la actividad para que el cuerpo no sufra un cambio de ritmo brusco. Hay que hacerlo también de forma gradual.

- Para que no resulte una tarea impuesta que cueste trabajo realizar, debes pensar que lo haces para divertirte, cuidar tu salud y mejorar tu calidad de vida. Elige actividades divertidas y apropiadas para tu edad y tu condición física. Andar, nadar, o pasear al perro pueden ser ejercicios indicados. Jugar con los nietos es otra actividad placentera que puede resultar gratificante, así como los bailes de salón, muy indicados para compartir el ejercicio con tu pareja o incluso conocer y compartir buenos momentos con otras personas. 

Un truco para que no dé mucha pereza hacer ejercicio es buscarse un compañero de actividad. Compartir el ejercicio con otros es más estimulante y divertido, además de ayudar a cumplir los objetivos. 

- Para estar más cómodos, disfrutar de la actividad y realizarla correctamente, es importante que llevemos ropa y calzados adecuados. A la actividad, a la época del año, a la temperatura... Si vamos a pasear, es importante hacerlo por sitios adecuados, más planos, y bien iluminados. Que sean seguros.

- Una buena hidratación es importante. En general para nuestra salud y de forma imprescindible cuando realizamos ejercicio físico durante más de media hora. En ese caso lo adecuado es beber un poco de agua cada 15 minutos, sobre todo con temperaturas o humedad elevadas. Aunque no se tenga sensación de sed.

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Anímate a hacer ejercicio. La edad no importa si escoges la actividad adecuada. Tiene muchas ventajas y tu salud física y mental lo van a notar: 

  • Estás cuidando tu salud y mejorando tu calidad de vida. Con 30-45 minutos de actividad dos o tres veces por semana estás invirtiendo positivamente en ti.
  • Te notarás cada vez más activo, con más agilidad y con más fuerzas. Aunque al principio te encuentres cansado.
  • Puede ser una buena opción para realizar alguna actividad divertida y relacionarte con otras personas. 
  • Algunos problemas de salud, como la hipercolesterolemia o la diabetes, es muy probable que mejoren. Y otros como la osteoporosis pueden aliviarse.
  • El ejercicio favorece la liberación de endorfinas, unas hormonas involucradas al bienestar emocional y la felicidad.
  • Reduce y retrasa el deterioro cognitivo porque estimula la neuroregeneración.
  • Puedes hacer ejercicio casi en cualquier parte: en casa, en tu barrio, en un parque… no hace falta ir a un gimnasio. 

Y recuerda: si te encuentras mal, tienes algún problema o alguna duda siempre puedes consultar a tu médico o farmacéutico. Te ayudarán en todo los que necesites.

Publicado el23-03-2016
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